ACTUALMENTE
Samuel se instala con una naturalidad pasmosa en la vida de Clara.
Es como si siempre hubiese pertenecido a ese pequeño círculo, como si su presencia no fuera una irrupción, sino una extensión inevitable de los días que Clara y Ethan comparten con Ava.
Se mueve con soltura, con una simpatía desarmante que, a pesar de la tensión anterior, empieza a diluir las reservas que Ethan tenía sobre él.
La primera vez que Samuel se presenta en el parque con una pelota bajo el brazo y una sonrisa amplia, Ava corre a abrazarlo como si fuera un viejo amigo.
Clara observa la escena con una mezcla de sorpresa y recelo, pero no dice nada. Samuel se agacha, le acomoda el cabello a Ava con ternura y le dice que está listo para jugar. La niña se echa a reír y corre hacia el césped.
—Tiene energía para tres, ¿verdad? —comenta Samuel, girándose hacia Clara con una sonrisa ladeada. Su mirada baja un segundo a sus labios, apenas perceptible, pero Clara la siente.
—Demasiada —responde ella, cr