Derek lleva semanas sumido en archivos polvorientos, entrevistas telefónicas, registros antiguos y susurros del pasado. Clara nunca habló demasiado de su familia, eso ya lo sabía. Pero lo que antes era una sospecha, ahora se transforma en certeza: había algo oscuro en esa historia. Algo que Clara había tratado de enterrar bajo capas de silencio.
Una tarde, mientras revisa antiguos contactos de la universidad, logra comunicarse con una mujer llamada Sofía Andrade, excompañera de estudios de Clara. Tras algunas evasivas, Sofía termina confesando algo que lo deja helado.
—Clara era una buena chica, brillante, dulce... pero tenía sombras. Nunca hablaba de su familia. Casi nadie sabía nada. Pero una noche, después de una fiesta, la vi llorando en la escalera del dormitorio. Me acerqué, y... bueno, estaba bebida. Dijo algo que nunca olvidé.
—¿Qué dijo? —pregunta Derek, tenso.
—Que debía tener cuidado con su hermana. Que era muy mala... y que se parecía mucho a ella. Que era capaz de cualqui