C94: Puedes reconsiderar tu propuesta .
Al principio, Elian no se mostró particularmente apresurado por acercarse a Nadia. Si bien la muchacha le había llamado la atención desde un primer momento —por su belleza serena, por su carácter reservado, incluso por la forma en que evitaba mirarlo directamente a los ojos—, Elian tenía la seguridad de que, con el tiempo, todo se iría dando de forma natural. Estaba acostumbrado a que lo quisieran, a que lo eligieran, o al menos a que fingieran hacerlo. No había apuro alguno en su mente... hasta que Nadia le dijo que tenía novio.
Aquella afirmación, dicha con una frialdad inesperada, lo descolocó. Durante unos instantes, no supo si tomarlo como una mentira improvisada para mantenerlo a raya o como una verdad cuidadosamente oculta. ¿De verdad había otro hombre? ¿Alguien que osara reclamar lo que él había empezado a considerar suyo?
Ese detalle, pequeño en apariencia, fue suficiente para despertar en Elian algo más profundo que el simple deseo de conquista. No soportaba la idea de que N