Miró a su prima. Ella tenía razón, en cierto sentido, tampoco era el momento ni el lugar para comenzar una pelea. Sin embargo, el asunto tampoco era algo que podría dejar pasar.
Volvió la vista a Lawrence, quien parecía indiferente ante la situación, luego, observó como ese tipo, el amante de su prima, se intentaba escabullir detrás de su hermano.
—¿A tan cobarde rata tienes la valentía de defender?— observó levantando la ceja en actitud desdeñosa — ¿Es eso lo que les enseñan los payos a sus hijos?¿A defender a sus hermanos, aunque estos sean unos canallas desalmados que juegan con sus amantes y luego las descartan?
Lawrence no respondió. Aunque aquella acusación hería su orgullo. Por mucho que deseara negar las cosas sabia que ese tipo tenía razón. A fin de cuentas ¿Por qué diablos él estaba defendiendo a su estúpido hermano?¡Sí bien sabía que se tenía muy merecida una buena paliza!
Ladeó la vista a Audrey. Él, por su parte, parecía querer que la tierra lo tragara. Sintió desp