Mundo ficciónIniciar sesiónValentina se sentó tranquila, explicando cada síntoma que sentía. Escuchó la explicación del doctor sin perderse ni una palabra, incluso cuando el Dr. Julián Álvarez se paró muy cerca de ella. La luz en la habitación se sentía cada vez más clara; los colores primarios se transformaron en siluetas, contornos, sombras vagas que cobraban vida.
—Lo que la Señora Valentina experimenta es normal —dijo el Dr. Julián Álvarez con suavidad. —Los músculos oculares aún no están acostumbrados a la estimulación lumínica. Por eso siente ese repentino dolor de cabeza.
Doña, que no había soltado la mano de su nuera desde que llegó, suspiró aliviada.
—Qué alivio, Doctor... Temía que sucediera algo no deseado.
—Es muy comprensible, señora —El doctor sonri&oacu







