Mundo de ficçãoIniciar sessãoNo sabía cuántos vasos de alcohol habían pasado por su garganta. Camila ya ni siquiera llevaba la cuenta. Sus ojos estaban perdidos, recorriendo a los clientes que se mezclaban en la pista de baile: algunos reían, otros flirteaban y otros bailaban con confianza como si no hubiera un mañana.
No le importaba.
Solo le importaba una cosa: escapar de todo lo que le oprimía el pecho. La decepción, la rabia, el odio... todo golpeaba su pecho y le hacía pesada la respiración.
—Uno más —dijo, entregando el vaso vacío al camarero.
—Miss, esta es la cuarta copa —dijo el camarero, dudando.
—Una más —repitió Camila fríamente, ignorando a Sofi que llevaba un rato tirando de su brazo.
Desde que regresó de su encuentro con Alejandro, Camila había estallado. No volvió con una sonrisa, sino con una







