La risa de Chris se apagó poco a poco. Su mirada se volvió seria, clavándose en la de su amigo.
—Es sobre Valentina.
El ceño de Alejandro se frunció más.
—¿Mi padre se quejó de Valentina? —preguntó, aunque el tono denotaba más curiosidad que incredulidad. Por un instante pensó en la conversación de la noche anterior y en la posibilidad de que su padre, una vez más, defendiera a su nuera favorita. Una sonrisa casi imperceptible se dibujó en sus labios: si su padre lo apoyaba, el divorcio sería menos complicado.
—No —dijo Chris finalmente—. Al contrario. Tu padre apoya lo que Valentina está haciendo.
El gesto de Alejandro se endureció.
—Y además —continuó Chris con calma—, si realmente piensas divorciarte de ella, lo que hizo Valentina al invitar a Camila a vuestra casa fue lo correcto. Está intentando que se integre en la familia Herrera. Tú mejor que nadie sabes cómo es tu familia, Alejandro. ¿No es así?
***
Doña sonreía ampliamente ante los halagos que Valentina le dedicaba. Si su n