Una semana después.
Elisa hizo una cena especial para la familia y para celebrar que en unos meses iban a tener a dos sobrinitas.
Valeria le ayudó con todo, también Ana, pero ese dìa, ella firmaba su divorcio, así que también iban a celebrar su libertad.
Piero llamó a Elisa, y le pidió un gran favor.
Elisa estaba emocionada en ayudarlo.
Ana estaba en el despacho de abogados; su futuro exesposo, insistía en que quería màs dinero, que no estaba de acuerdo.
—O firmas, o no te tocará ni lo que te ofrecieron.
El hombre titubeó, y al final firmó.
Ana sonriò.
Cuando salió de ahí era una mujer muy feliz y libre.
Se lanzó a los brazos de Piero y él la besó.
Su ahora exesposo la mirò con rabia, incrédulo de que ella hubiese encontrado un nuevo amor tan rápido y lo hubiese reemplazado.
Maldijo en su mente, pero supo que no podía hacer nada contra eso.
***
Al llegar a casa, comenzó la cena; estaban muy felices.
El abuelo Iván bajó para cenar con ellos, dándoles buenos ánimos a todos.
Era como un s