Margot
Estoy sentada en la pequeña cafetería que tiene la librería y frente a mí esta el hombre con el que llevo más de un mes fantaseando, ahora debo ser totalmente honesta y decir que las fotos no le hacen justicia a lo imponente que es.
Él está de pie frente a la barra de servicio, con todo su metro ochenta y cinco, recogiendo nuestro pedido, porque aparte de ser esta cosa deliciosa de ver, también parece ser decente y caballero, toda una rareza, y yo estoy embobada viendo lo bien que esos pantalones le quedan y la manera en que su espalda está tan definida.
Creo que incluso pude haber dejado salir un suspiro en el momento en que se giró llevando los dos cafés con pastelitos en la bandeja y me dió esa sonrisa de dientes completos. Sin embargo, mis hormonas no pueden tomar el control, este regalo divino pensaba aprovecharlo y para eso necesito mi cabeza.
Jayden llegó hasta mí sosteniendo la bandeja con una mano y fue dejando los dos cafés y los pastelitos sobre la mesa, ignorando al