Capítulo 25: Devorándola Con Los Ojos.
Lía lo notó. Sintió las miradas cargadas de veneno sobre su espalda, la incomodidad que crecía en el aire, y comprendió que su presencia solo traería problemas. Aunque Verónica y Camila intentaron detenerla, rogándole que se quedara y no se dejara intimidar, ella ya había tomado una decisión.
—No pertenezco a este lugar —susurró, con un hilo de voz.
Se levantó con discreción, alzó la barbilla para ocultar el dolor y, sin mirar atrás, se marchó del salón. Afuera, el aire fresco de la noche la golpeó como un recordatorio cruel: por más que intentara encajar, en ese mundo de riqueza y poder siempre sería una intrusa.
Mientras Jorge se excusaba para contestar una llamada, Lía aprovechó el momento. Se inclinó hacia sus amigas, les dio un beso rápido y se despidió con una sonrisa forzada, ocultando la incomodidad que la devoraba por dentro. No quería quedarse un minuto más en aquel lugar donde las miradas la señalaban como intrusa.
Salió del salón con paso firme, aunque por dentro temblaba.