El aroma a pan recién horneado y café llenaba la cocina cuando Luca, riéndose a carcajadas, irrumpió en la estancia corriendo detrás de Aurora, quien fingía no poder atraparlo.
—¡Soy más rápido que tú! —gritaba el pequeño mientras esquivaba sillas y se lanzaba al suelo entre risas.
Melissa, sentada junto a Andrea, se reía también, contagiada por la energía. La mayor de las hermanas de Bruno era encantadora: tenía una risa abierta, gestos firmes pero cálidos, y una manera franca de hablar que empezaba a tranquilizarla.
—Tienes que conocer a Giovanni… —Andrea atrajo su atención de nuevo y ella la miró.
—Es… el otro hermano de Bruno —Melissa contestó con confianza para hacerla sentir que conocía a su familia a través de Bruno, pero cuando Andrea asintió, escucharon gritar a Aurora.
—Es el relegado…
Bruno sonrió cuando Aurora lo dijo, mientras Andrea negó con otra sonrisa.
—Le decimos así porque siempre se hace la víctima de que el favorito de todos es Bruno, pero no es así, mamá nos quie