El detective Peter Reynolds estacionó su auto detrás de una patrulla que estaba aparcada en la entrada de la calle donde los paramédicos atendían a los heridos y los del equipo forense analizaban la escena y levantaban los cadáveres después de tomarles fotografías.
Después de saludar a los muchachos del equipo forense se dirigió para hablar con el doctor Duncan, quería informarse de primera mano sobre lo sucedido allí.
—Hola, doc —lo saludó al llegar a su lado, se conocían desde hacía más de diez años, por lo que se tenían una amplia confianza el uno en el otro, y cada uno respetaba las opiniones del otro— ¿Qué me tienes?
—Detective —dijo el doctor volteando hacia Reynolds— Hay dos hombres muertos por politraumatismos y tres heridos.
—Bonito resumen, doc —le dijo el detective con una sonrisa torcida en la boca— Pero sabes a lo que me refiero.
El doctor dejó caer la cabeza del cadáver que revisaba en esos momentos y lanzó un tenue suspiro al ponerse de pie, quedando de frente al vetera