Capítulo 71. El precio del rechazo
El hospital estaba en calma aquella mañana, pero para Kim Collins cada paso hacia la consulta se sentía como atravesar un campo minado.
Sus botas resonaban en el suelo de mármol con un eco que lo atormentaba, no era la primera vez que iba allí, pero sí la primera en la que el motivo lo hacía sentirse vulnerable hasta los huesos.
Al abrir la puerta del consultorio, lo recibió el rostro sereno del doctor David Peterson, un hombre de cabello entrecano, ojos profundos y una presencia que inspiraba respeto y confianza a partes iguales.
Para Kim, él era más que un médico, era el último vínculo con Diana, su madre, David había amado a esa mujer en silencio y aunque la vida no les permitió estar juntos, siempre había cuidado de Kim como si fuera su propio hijo.
— Siéntate Kim — dijo el doctor, señalando la silla frente a su escritorio.
El alfa obedeció, aunque la incomodidad era evidente en sus gestos, sus manos, habitualmente firmes, descansaban entrelazadas sobre sus rodillas, tensas.
– Hi