Capítulo 72. Ecos del destino.
Luar se encontraba recostada en la cama, intentando perderse entre las páginas de un libro que había comprado días atrás, la historia era buena, entretenida, pero no lograba sumergirse del todo, una parte de ella siempre parecía en tensión, esperando cualquier sobresalto. Pasaba los ojos por las palabras impresas con la esperanza de distraerse, cuando un quejido suave y doloroso surgió en lo profundo de su pecho, era su omega.
Un susurro, apenas un gemido, cargado de una pena tan honda que erizó su piel.
— “Kim…” — llamó, con voz quebrada, como si cada sílaba le arrancara un pedazo del alma.
Luar se tensó de inmediato, cerró el libro de golpe, su corazón acelerado, la rabia mezclada con un miedo que no quería reconocer.
— ¿Por qué lo recuerdas ahora? — preguntó entre dientes, casi suplicando — ¿Por qué tanto dolor?
Su loba respondió con un lamento bajo, vibrante, que la atravesó por completo.
— “Nuestro alfa no está bien…” — dijo con tono grave, cargado de certeza — “Está muriendo.”
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