El águila real
- Sí... ¿tú eres?
Y maldita sea, ¿quién es este super médico que le hace la corte? Quiere morir ese tipo. ¿No sabe a quién se enfrenta? ¿Se atreve a mirar a mi esposa, sí, mi esposa? Porque pronto la voy a casar, para que nadie más la mire o la codicie. Ella será totalmente mía.
- No has respondido a mi pregunta: sí, ¿tú eres? ¿Qué? ¿Galante? ¿Encantador? ¿No respondes más? Estoy seguro de que él, si me amara, me lo diría, no lo va a guardar para él. Y sé que no pasará mucho tiempo antes de que me haga su declaración.
- No hará ninguna declaración, porque quien te ama soy yo y nadie más.
Me detengo bruscamente, dándome cuenta de que acabo de confesarle mis sentimientos. Ella debe estar riéndose ahora, me han descubierto, si sabe cuánto la amo, querrá llevarme de la nariz, como hace Ariane con su chico, ninguna mujer me llevará de la nariz. Soy el dueño de mi vida.
- ¿Qué acabas de decir?
- Nada. No he dicho nada.
- Muy bien, voy a ver a mi médico.
- ¿Qué médico? ¿Ese qu