Mario
Despierta, águila, tienes cuentas que rendirme.
Me giro hacia Sibelle para preguntarle qué ha pasado. La abrazo contra mí, luego verifico que esté bien y que no esté herida.
- ¿Cómo llegó aquí antes que nosotros? ¿Qué sucedió?
- No podré responder a todas tus preguntas por el momento, ocupémonos de él, debemos evacuarlo. Cuando despierte, él mismo nos explicará todo.
Lo evacuamos hacia la clínica para que reciba atención rápidamente.
- Limpien todo este desorden, pero traigan el cuerpo de Karen Zapata y de su padre. Pónganlos en los congeladores, cuando el águila esté en pie, nos dirá qué hacer con ellos. Pero incineren todos los cuerpos aquí presentes.
Subimos al helicóptero con el águila hacia la clínica. Al llegar, el águila recibe atención rápidamente.
- Sibelle, ve a casa a descansar. Volverás en cuanto salga del quirófano.
- No puedo, sabes que es por mi culpa que está en este estado. No me moveré de aquí hasta que despierte.
Sibelle
Todavía estaba atada y Karen, esa loca,