Capítulo 23

Desde aquella madrugada en la que me confesó la verdad, no había vuelto a dirigirle la palabra. Pasaron los días, pero yo seguía atrapada en el mismo lugar: mi propio silencio. El estudio se había convertido en mi refugio y mi prisión. Me pasaba las horas de pie frente a la ventana, mirando hacia los jardines, sintiendo cómo el sol cambiaba de lugar sin que eso significara nada.

Habían pasado tres días. Tres días en los que no probé bocado más allá de un par de sorbos de agua. No podía comer. No podía dormir. Solo pensar.

Pensaba en Leo, en todo lo que había hecho. En lo que me había confesado, en lo que había callado, en la forma en la que vivía con esa parte monstruosa suya sin el más mínimo temblor. Y, sin embargo, ahí estaba yo, sintiendo que el pecho se me apretaba solo de verlo. Porque sí, lo veía. Lo veía desde la ventana, hablando con Thomas. Él con su expresión sobria, los gestos contenidos y esa compostura elegante. La misma que me volvía loca. La misma que aún me hacía el c
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP