Guapo, divertido, encantador y mujeriego. La combinación perfecta que bien define al doctor Vicente Cooper, un médico respetado y muy deseado en el hospital Clínica Cooper. Tras un matrimonio fallido, quiere vivir su vida sin las limitaciones y exigencias de una relación. Angélica Ross es una joven espontánea y comunicativa, sin freno en su lenguaje, que sueña con encontrar algún día al amor de su vida y formar una hermosa familia, una romántica incurable. Recién graduada, consigue un trabajo como asistente del doctor más famoso del país, lo que no esperaba era enamorarse de su jefe. Divertida, apasionada e intensa embárcate en esta aventura literaria y conoce la historia de Vicente y Angélica una pareja completamente opuesta pero que te removerá el corazón. A un lado un hombre roto y al otro una mujer soñadora. ¿Qué se puede esperar de esta combinación?
Ler maisVicente Cooper.
- Doctor Cooper - oigo que mi secretaria me llama - he separado algunos currículos de las personas que entrevisté para que los analice.
- Puedes traerlos -respondo con un suspiro y se va.
Émile es mi secretaria desde hace más o menos cinco años, es muy competente y lo mejor de todo es que nunca ha intentado seducirme. Ese hecho la ha mantenido aquí durante todos estos años.
Me recuesto en mi cómodo sillón y respiro hondo y cansado, hay días que quería desaparecer y dormir durante días, pero el deber llama, porque ser el director general de uno de los mayores hospitales del país no es una tarea fácil. Sin contar que además de dirigir el hospital soy uno de los médicos jefes del centro quirúrgico, la medicina siempre ha sido mi mayor pasión, y para no dejar el hospital de mi familia en la estacada, asumí el papel de director general, pero esto me ha consumido mucho. Lo que me consuela es que pronto mi hermana podrá asumir este papel y entonces quedaré libre para centrarme sólo en la pasión por mi profesión, aunque ese calificativo es un eufemismo por mi parte.
"Sabes Vincent, has dejado que nuestro matrimonio caiga en la rutina, tu vida se reduce a ese maldito hospital donde debes follar con todas las empleadas, para luego volver a casa sin nada bueno. Brandon es diferente, me satisface".
La voz de mi ex mujer, seguía atormentando mis pensamientos sin descanso, incluso después de años de nuestra ruptura. Poco sabe ella, que nunca la traicionaría de la misma forma vergonzosa que ella lo hizo conmigo, por eso quiero distancia de las relaciones, sólo sirven para destruirnos.
Confié en la persona equivocada y acabé muy mal en la vida, me traicionaron, me humillaron, me desairaron de la peor manera posible. A partir de esta experiencia decidí salir con mujeres al azar. El hecho de no salir nunca con la misma persona me ha permitido distanciarme de posibles relaciones futuras.
Sacudí la cabeza tratando de alejar la imagen de esa mujer vulgar que destruyó mi vida durante un tiempo.
- Puedes entrar, Émile - autorizo cuando oigo que llaman a la puerta.
- Aquí tiene, señor - me entrega una carpeta con varios currículos dentro, "estos eran los más cualificados de todos los que entrevisté - se sienta frente a mí.
- Gracias, se lo agradezco.
Evalúo a fondo el CV de cada uno, todos están bien cualificados. Al repasar uno de los currículos, me llama la atención un nombre. Se ha graduado recientemente con unas notas encomiables, y su currículum es bastante completo a pesar de su corta edad.
- Angélica Ross - Pronuncio su nombre y algo en mí se ilumina.
- Fue todo un descubrimiento en esta selección - comenta Émile - Sin duda, una chica especial.
- Cuando dices especial, ¿te refieres a que tiene alguna dificultad neurológica o física? - Pregunto.
- No, señor - termina riendo - Lo siento - se recompone - Es una joven encantadora y muy inteligente. Me ha gustado su ligereza, por no hablar de su gran currículum: responde con tranquilidad.
- Contrátala -digo y Émile se sobresalta- la quiero aquí el lunes -le advierto, devolviéndole la carpeta.
- Sí, señor -responde ella y se marcha a toda prisa.
Teniendo en cuenta que hoy es miércoles, mi secretaria tiene dos días para resolver todos los trámites legales. Vuelvo a recordar el nombre, algo en ese nombre angelical me llama la atención, una curiosidad por saber si el rostro es tan angelical como el nombre, se apodera de mi ser.
Decido terminar la jornada laboral antes de tiempo.
- Hasta mañana, Émile - digo, y me voy sin esperar su respuesta.
Conduzco tranquilamente por las calles hacia mi piso, ignorando las ganas de salir a algún bar en busca de una mujer para esta noche, estoy realmente cansado.
Entro en mi piso y veo un movimiento extraño en dirección a la cocina, sólo puede ser alguien de mi familia, porque mis empleados sólo vienen una vez a la semana a limpiar la casa, lavar la ropa y hacer algo de comida, y durante los demás días me las arreglo.
- ¿Qué demonios estás haciendo aquí? - Pregunto al intruso que tiene mi nevera abierta.
- Oh, qué susto -se sobresalta con la mano sobre el corazón tratando de controlar su respiración.
- No pensaste que sería un intruso, ¿verdad? - Pregunto y ella no responde - Este edificio es muy seguro, no hay forma de entrar.
- Aun así, me has asustado - me da un puñetazo en el brazo sin que le duela.
- Y no me contestaste - tomo una botella de agua y me sirvo.
- Vaya, este amor fraternal tuyo es tan conmovedor - murmura - He venido a visitar a mi hermano favorito.
- Soy su único hermano.
- Mero detalle -se burla-, he venido a visitarte porque te echaba de menos.
- Dime otra, Hanna.
- Hace días que no te veo - dice, fingiendo melancolía.
- Nos vimos el domingo - le recuerdo.
- Vicente, eres un pesado -murmura y se cruza de brazos mirándome- no quería quedarme en casa, ¿qué tal una fiesta? - Conozco un gran club.
- Chica, hoy es miércoles - digo exaltado, "deberías tener más responsabilidades, ¿así es como vas a actuar cuando te hagas cargo del hospital? - Yo pregunto.
- Nunca he cuestionado tu capacidad -responde enfadado-, sólo tengo un mal día.
- ¿Qué pasó para tener un mal día, hermanita? - Pregunto preocupado.
- Descubrí que Sion me engañaba - habla con los ojos llenos de lágrimas y eso me rompe el corazón - Peor aún, me engañaba con mi mejor amiga, fue horrible - su voz se entrecorta.
Siento que una rabia insana se apodera de mi cuerpo, si este tipo apareciera frente a mí ahora mismo sería capaz de golpearlo hasta dejarlo en coma.
- Oye, cálmate - la atraigo hacia mis brazos - Todo va a estar bien - le beso la parte superior de la cabeza.
- Quizá si me hubiera acostado con él, esto no habría ocurrido - dice con un resoplido.
- Mírame -la alejo de mi cuerpo y sostengo su cara entre mis manos-, no vuelvas a decir eso, no tienes que cambiar tu forma de ser y mucho menos hacer algo que no quieres hacer sólo para complacer a otra persona.
- Pero los hombres tienen necesidades -intenta argumentar.
- Prométeme que bajo ninguna circunstancia harás algo solo porque la otra persona quiere que lo hagas -le pregunto y ella me mira sin responder- Prométeme, Hanna -exijo.
- Te lo prometo, Vince -se da la vuelta y se seca las lágrimas-. Soy Hanna Cooper, no le daré a nadie el poder de sacudirme -respira profundamente-. Gracias, hermano. Prometo que cuando alguien me haga daño, no tomaré ninguna decisión intrascendente.
- Se lo agradezco - hablo con más calma.
- Si no hubiera venido aquí, ahora estaría en algún club nocturno - dice pensativa, y siento que mi corazón deja de latir.
- ¿Acostarse con hombres desconocidos?
- ¿Cuál es el problema? - Pregunta - Te has convertido en la depravada de sus novias de lujo.
- Es diferente: me defiendo.
- ¿Cómo de diferente? - Se cruza de brazos - Habla con todas las verdades, nunca sales con la misma mujer, ya debes haber cogido media ciudad, si no toda. Pero no te preocupes hermano, cuando ocurra te lo diré - dice tranquilamente.
- Despedida.
SIETE AÑOS DESPUES.Vicente Cooper.Aghata y Arthur protestan para salir de la piscina de bolas del centro comercial, pero tuve que ser firme y convencerlos de que era hora de encontrarse con Angélica para cenar. Soy muy estricta con su alimentación, con buen comportamiento en la escuela, con disciplina. Sin embargo, casi siempre me suavizo, es difícil decirle que no a esas miniaturas de mi amor por Ángel.Sacaron muchos rasgos físicos de su madre, el mío solo sacó ojos verdes, en cuanto a personalidad, Arthur es tímido y cerrado como yo. Con tan solo siete años ya quería saberlo todo sobre el hospital, haciendo preguntas inteligentes. Aghata, en cambio, es más extrovertida y juguetona, al igual que su madre, tiene un corazón gigante y no pierde mucho el tiempo con la tristeza. Le encanta imitar a su madre, quiere ser como ella y habla mucho.- Busquemos a mamá que está en una farmacia en el otro pasillo – les advierto y tomo sus manos, posicionándolos uno a cada lado.Nuestra casa es
Vicente Cooper.Observo cómo las enfermeras se la llevan, me pongo la ropa adecuada para la sala de partos y la sigo lo más rápido que puedo. Conozco los riesgos que conlleva un parto prematuro de mellizos, pero necesito tranquilizar a mi esposa.El parto sería por cesárea, programada para dentro de una semana, pero eso fue antes de que ella entrara en trabajo de parto, el proceso ya está un poco avanzado y temo por mi familia, rezo para que todo salga bien.Angélica está firme a mi lado, me aprieta la mano y mantengo mis ojos fijos en los suyos, puedo ver miedo en sus ojos, pero también veo determinación y la amo aún más por ser fuerte por nuestros hijos.Ella sigue todas las instrucciones del equipo médico, puedo ver lo asustada que está, pero trato de darle todo el coraje y la confianza que necesita en este momento. Beso tu frente sudorosa.- Ángel - te llama la atención la doctora - Cuando llega el dolor empujas - pide ella - Pronto veremos las caras de estos bebés tan esperados -
Unos meses después.Vicente Cooper.Cada día que pasa me pongo más ansioso por la llegada de los mellizos, he estado trabajando menos para poder seguir muy de cerca esta etapa de mi mujer. Tiene la barriga muy grande y por ser un embarazo doble hay cierto riesgo.Ángel duerme plácidamente en mis brazos, aún con los ojos cerrados le toco el vientre, siento crecer a mis bebés y me hace una tonta enamorada.- Vince - llega la voz en voz baja, siento una ligera sacudida en el hombro - Vicente.- Sí - digo sin abrir los ojos.- Despierta amor.- Estoy despierto.- Tiene los ojos cerrados - suspiro, los abro y me mira ahora sentada en la cama.- ¿Qué hora es? – pregunto encontrando todo demasiado oscuro para ser de día.- Las tres - responde y cierro los ojos una vez más - Sabes que me dieron ganas de comer chocolate, ya no puedo dormir solo de pensar en chocolates.- Cuando el sol salga en el cielo con todo su esplendor te traeré los chocolates. Ahora ven aquí y abrázame y duerme - digo en
Angélica Cooper.- Ángel, despierta - Oigo que me llama Vicente mientras me reparte besos en el cuello.- Buenos días, Vince - digo aún con los ojos cerrados - No quiero despertarme.- Tienes que despertarte, hoy va a ser un día ajetreado - me acaricia la barriga - Buenos días bebes - dice y besa mi barriga.Después de una sesión matinal de besos y caricias, Vicente se levanta, me tiende la mano y nos vamos a duchar juntos. Nos alistamos y nos sentamos a la mesa a desayunar.- Debes hacer tu mejor esfuerzo para mantener la calma hoy en la audiencia - pregunta Vince - No puedes emocionarte, estaré a tu lado, nada ni nadie podrá lastimarte.- Gracias por el apoyo amor, intentaré mantener la calma por nuestros bebés - digo y me como una tostada.Terminamos nuestro café y nos dirigimos al hospital, la audiencia por el intento de violación que sufrí por parte de mi ex prometido será por la tarde. Prefiero venir a trabajar a distraerme que revivirlo todo.Durante la mañana recibo algunos me
Angélica Cooper.Al final de mi jornada laboral recibo un mensaje de Vicente pidiéndome que vaya a su oficina, en los últimos días ha estado más tiempo como director general, quiere adelantar algunas cosas antes del nacimiento de los mellizos.No tuvimos una luna de miel extensa, pasamos un fin de semana en una finca de su propiedad y el lugar era simplemente magnífico. Volveremos más a menudo.- Hola Vince - largo entrando a tu habitación.- Hola ángel - Me acerco a mi esposo y deposito un casto beso en sus labios - Quiero llevarte a un lugar.- ¿Dónde? - Pregunto con curiosidad. Él apaga la computadora.- Ven - extiende su mano y la tomo sin dudarlo. Nos montamos en su coche y conduce por las calles de la ciudad.- ¿No me digas? Le pregunto y él solo sonríe.Me pongo ansioso y curioso, pero me callo, pongo una lista de reproducción de canciones internacionales y me concentro en la letra.- ¿Vamos a la casa de tus padres? - pregunto luego de entrar al condominio donde viven mis suegr
Angélica Ross.Bailo varias canciones con mi esposo, en cierto punto siento una debilidad, pero no le dije nada a Vince, la forma en que está preocupado es capaz de ponerme en una silla hasta el final de la fiesta.- Soy tan sentimental - comento secándome las lágrimas.- Lo sentimental es nuevo para mí - bromea - Hoy puedes todo mi amor.- ¿Podrías bailar con mi hermana una canción? - Antone aparece de nuestro lado.- Por supuesto - asiente Vince - Voy allí a hablar con unos amigos, cuidar a mi esposa.Nos deja y mi hermano me conduce en una canción lenta, nos sonreímos y siento todo el amor de mi hermano a través de sus ojos.- Mamá y papá estarían orgullosos de ti, Ángel. Felicidades hermana, te deseo toda la felicidad del mundo.- No quería llorar más - sonrío secándose las nuevas lágrimas que se forman en sus ojos - Estarían orgullosos de los dos - digo - No solo de mí, eres el tío que a mis futuros hijos les encantaría tener.- Voy a extrañar tu desastre - bromea.- Para ti que
Último capítulo