Me veo en la plenitud del cielo, soy una pequeña celestial en la academia de formación angélical, mis padres me llevan de la mano...
—Siento un profundo temor de quedarme —me prendo del manto de mi madre y solo le digo—: No quiero estar aquí, mamá—.
Mi madre me observa un poco nostálgica, no puede creer que su pequeña ya vaya camino a la formación para ser una guerrera celestial y algún día será protectora de un humano propio.
Mi padre se muestra tranquilo, pero vigilante ante mi súplica de seguir en mi hogar.
—Liyeth, hija, debes estar aquí. ¿Acaso no quieres ser una guerrera poderosa, tal como el abuelo Dorth?—.
Al oír el nombre de mi abuelo, se me encoge el corazón, lo extraño mucho...
Desde su desaparición, nadie ha podido localizarlo, solo se sabe que tuvo una muerte heroica. Al bajar a la Tierra como un general de potestad divina, dirigió una misión de rescate y, dadas las circunstancias de gran importancia ocurridas en torno a ese objetivo, por lo tanto, esto lo llev