Capítulo 74

Aila POV

—Tu sangre abrirá la puerta.

La punta de la daga de obsidiana, fría como la muerte, rozó la tela de mi túnica ceremonial justo sobre mi corazón. 

Cerré los ojos, una lágrima de pura rabia y desesperación escapando y rodando por mi sien. Pensé en Kaelen, en su sonrisa inocente. Pensé en el pequeño ser que crecía en mi interior. 

Y pensé en ellos, en Damián y en Kael, luchando en algún lugar de esta fortaleza infernal por mí. 

La idea de que murieran, de que hubieran sacrificado todo en vano, era un dolor peor que el de cualquier cuchillo.

"Lo

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