Mundo ficciónIniciar sesiónAila POV
La partida de los Grifos dejó un silencio tenso y antinatural, roto solo por el crepitar de los incendios y el gemido de los heridos. Por un momento, nadie se movió. Nos quedamos en la plataforma, mirando el cielo vacío, procesando la enormidad de lo que acababa de pasar.
—Leo —la voz de Damián, ronca y llena de una autoridad agotada, finalmente rompió el hechizo—. Organiza a los hombres. Apaguen los incendios, atiendan a los heridos. Dobla la guardia en las murallas.
—¿Y los Grifos, Alfa? —preguntó Leo, su rostro una mezcla de confusión y miedo.
—Se han ido. Por ahora —respondió Kael, su mirada todavía fija en el horizonte—. Tenemos un mes.







