Mundo de ficçãoIniciar sessãoAila POV
—Es un honor conocer por fin el recipiente de nuestro renacimiento.
La voz suave y culta de Lord Malachi resonó en mi celda de obsidiana, pero sus palabras no me ofrecieron consuelo.
"Recipiente". No "Reina", no "Aila". Era un objeto.
Una herramienta.
Y el miedo, que había estado burbujeando bajo mi piel, se convirtió en una certeza helada. Estos monstruos no veían a una persona, veían una llave.
Los días que siguieron fueron una forma de tortura psicológica. No me hicieron daño físico, al contrario, me trataron con un cuidado casi reverencial que era mucho más aterrador que cual







