Aila POV

—¿De quién es?

La pregunta quedó flotando entre ellos, una bomba sin estallar en el silencio de la habitación. 

Pero yo no la escuché, no realmente. Estaba atrapada en un túnel, un eco ensordecedor de una sola palabra: embarazada. 

Era una cosa imposible, una broma cruel. El mundo se sentía inclinado, inestable, y tuve que aferrarme al borde de la cama para no caerme.

Kael fue el primero en romper la parálisis. Su rostro, que había sido un lienzo de shock, se endureció con una nueva y aterradora determinación. La duda había sido borrada, reemplazada por la furia fría de un rey acusado injustamente. No sé qué vio en mi rostro, quizás el terror, quizás el abismo de mi propia duda, pero su decisión fue instantánea.

—Esto se acaba ahora —dijo, su voz no dirigida a mí ni a