Aila POV
—¿Prometida?
La palabra salió de mis labios, helada y afilada, y quedó suspendida en el aire tenso del jardín.
El mensajero se encogió en el suelo, como si temiera que mi furia se dirigiera a él.
Damián, a mi lado, se quedó completamente quieto, sus ojos azules pasando de mí a Kael, procesando esta nueva y deliciosa munición que el destino le acababa de regalar.
Kael cerró los ojos por un instante y soltó una maldición en voz baja, un gruñido gutural en el antiguo idioma Lycan que sonó como piedras rompiéndose.
Cuando volvió a abri