Mundo ficciónIniciar sesiónValeria miró el reloj con cierta desazón. Había aprendido más en aquella sobremesa que en todo un semestre de clases universitarias. Las palabras de Helena, su forma de diseccionar cada decisión como si fuera una cirugía, la hacían entender lo que significaba realmente dirigir, mandar, conquistar. Estudiar le daría un título, sí, un bonito papel para colgar en el despacho… pero aprender de Helena Moretti era obtener un mapa del poder, escrito con tinta invisible.
Por desgracia, las agujas del reloj no tenían piedad. Se acercaban las cuatro de la tarde, y con ellas, su cita con Salvador Reverte. Valeria respiró hondo y, con la misma elegancia con la que había visto marcharse a Helena del salón días atrás, se levantó de la mesa.







