Minutos antes de bajar del coche para ingresar a su hogar, Bill le había comunicado la inminente llegada.
Agradecida, se limpió el rostro lo mejor que pudo con unas toallitas de papel que tenía en su bolso. Se limpió la nariz congestionada y se arregló el cabello que estaba un poco desordenado. Alisó los pliegues de su vestido preparándose para bajar en cualquier momento. Aguantaba la respiración haciendo fuerza para no volver a llorar, por lo menos no delante del asistente personal ni delante de Maggie, que estaría despierta esperándola. Se restregó el rostro sin importarle si su maquillaje se corría o no. Las emociones parecían querer seguir manifestándose y el viaje no había sido de mucha ayuda.
Ya estaba frente a su casa cuando el sonido del motor del coche se apagó.
Bajó lentamente, sintiendo el aire fresco por su piel y aliviando un poco su aflicción. Se despidió de Bill de manera amable, agradeciéndole toda su paciencia y el baile que le había regalado en la pista. Este, con p