Macarena regresó al set de fotografía con una sonrisa que le iluminaba el rostro. Acababa de firmar su primer contrato millonario. Su nombre, su imagen estarían en la portada de una famosa revista. Por fin su sueño de ser modelo se convertía en realidad.
Pero justo cuando cruzó la puerta del set, una sensación de nostalgia la invadió repentinamente. Aunque debía sentirse feliz, no podía. La imagen de aquel hombre reapareció en su mente.
—Jeremías —susurró.
Macarena se detuvo un instante, sosteniendo la carpeta con la copia del contrato contra su pecho.
La imagen de él inclinándose sobre ella, su voz grave a centímetros de su oído, su respiración rozándole la piel. Todo volvió de golpe a su memoria, y con ello, las sensaciones que creía haber dejado de lado para concentrarse en su triunfo y reiniciar su vida.
Su cuerpo reaccionó de inmediato, un estremecimiento leve en la espalda. Sintió ese cosquilleo interno que la hizo cerrar las piernas sin querer. Recordó cómo sus manos recorr