Llegué al encuentro con Amanda en el restaurante del Luxury, y al darme cuenta de que veía la entrevista, sentí que mis piernas estaban a punto de ceder ante ella. Acomodé mi mascara nervioso de que se diera cuenta y le sonreí un poco. Ella se puso de pie y extendió su mano hacia mí. La tomé con delicadeza y la llevé a mis labios. La ayudé a sentarse nuevamente y me senté alejado de ella. Necesitaba alejarme un poco, aunque en realidad deseaba todo lo contrario.
En completo silencio, el mesero nos entregó la carta, la observamos un par de minutos, y cuando iba a decir algo, ella también. Ambos sonreímos por querer hablar al mismo tiempo, e insistí que ella lo hiciera primero.
―Hay mucho para elegir.
―Sí, la variedad es infinita―dije intentando mantener mi mirada en la carta y no en sus ojos que en realidad no quería dejar de mirar.
―Creo que quiero este―dijo y señaló con su dedo―Asentí, y llamamos al mesero para que tomara nuestra orden.
Serví un poco de vino para cada uno, extendí un