Luego de dar un paso atrás y ver cómo Sergio se aprovechaba de todo por tener un arma entre sus manos, todo parecía tener un terrible final. Amanda estaba dentro del auto y, cuando pensaba que él se marcharía también, alzó el arma contra mí y disparó sin piedad.
Coloqué mi mano junto a mi estómago, vi sangre… Caí al suelo y vi todo negro.
Desperté a los pocos minutos aún en miedo de la calle y ahora la sangre formaba un charco grande a mi alrededor. Intenté sentarme, pero el dolor de la bala me lo impedía. Estiré mi mano con fuerza hasta mi bolsillo derecho del pantalón y alcancé mi móvil. Necesitaba buscar ayuda.
Pensé por un momento a quién podía llamar y Matt fue mi única opción. Era mi editor, pero también mi amigo. Tenía un plan y quizás era el único