Luego de esperar casi una hora frente al restaurante, “Fire”, entendí que Amanda no se presentaría. Creo que fue muy inocente e irreal de mi parte creer que sí lo haría. No tenía por qué aceptar mis disculpas, y menos volverse a encontrar conmigo en el mismo lugar donde todo comenzó; y no precisamente de la mejor manera.
Me retiré un poco triste y decepcionado, pero no podía ser diferente mi destino. Era momento de aceptar que estaba saliendo con Nora, y que eso era lo único que podía ayudarme a mejorar mi reputación y quizás a volver a escribir.
Volví a casa y tenía algunos mensajes de Nora, insistiendo para vernos. Preferí no responderle, bebí un vaso de agua, comí un poco; y me senté en el sofá a observar el techo. Me sentía vacío, incompleto; y aunque intentaba vivir el presente, mi mente se escapaba para imaginar a Amanda.
«¿Qué está pasándome?» Me pregunté y cuestioné varias veces. Acaricié mi frente y mi cabello con mis dos manos, y sentí la necesidad de escribir. Me levanté co