Estaba dentro una encrucijada, pero sin la opción de poder elegir verdaderamente el camino que quería tomar. Había aceptado ser parte de este lugar extraño, diferente; y ahora debía atender a mi primer cliente. Tenía miedo de siquiera conocerlo, de saber su nombre, de sentir su mirada profunda; o el roce de sus manos en alguna parte de mi cuerpo. Solo imaginarme eso, me hacía sentir repulsión y lástima por mí misma. Pero había tomado una decisión, necesitaba el dinero y era el momento de poner mi mayor esfuerzo en que el cliente quedara satisfecho con mi servicio.
Me sentía tan extraña vistiendo elegante, usando zapatos altos que quizás había usado un par de veces en mi vida; además de llevar el cabello suelto y maquillaje. Todo era nuevo. Mi vida antes de esto era “normal”, con el sueño de una pastelería; y ahora debía ser expuesta como un servicio a cambio de dinero.
Terminé de vestirme con ayuda de Alison y Emily; y mientras tanto, me decían los últimos detalles importantes que deb