Diamond es una ciudad donde el poder, las riquezas y la procedencia definen el valor de sus habitantes. Serena Bell es la única heredera de la empresa de sus padres, por lo que tendrá que lidiar con la bancarrota o encontrar una alianza que la ayude con las deudas de la compañía para poder salvar su patrimonio. Por otro lado, Bratt Nisson necesita que su nuevo proyecto sea aceptado por la corporación de su abuelo, pero este le exige que se case para poder respaldarlo. Es por esto que él recurre a un plan para lograr su objetivo sin ponerse la soga al cuello por completo: pedir la mano de su mejor amiga y ofrecer una alianza que salvará la fortuna de los Bell. ¿Aceptará Serena este trato? ¿Cómo podría ser afectada su amistad al dormir en la misma cama y fingir que se aman?
Leer másLa tarde de verano se sentía agradable, pese a que esos días el calor era infernal. Debía ser por la brisa que acariciaba sus pieles o por la sombra de aquel gran árbol donde ellos se encontraban recostados.
La adolescente, de cabellera rojiza y ojos de color miel, observaba el lago con admiración. ¡Estaba feliz! Poder viajar al campo con su mejor amigo había sido reconfortante, puesto que en la ciudad no contaban con la libertad de la que allí disfrutaban.
—Nunca olvidaré estas vacaciones; este lugar es hermoso y tranquilo. Si de mí dependiera, me quedaría a vivir con la señora Tenner todo el año —comentó ella mientras admiraba el cielo.
—Es una suerte que nuestros padres nos hayan dejado venir a casa de tu ex nana ya retirada. Aún no me lo creo —respondió el joven de ojos celestes y cabellera negra, abundante y desarreglada. Ella lo miró en silencio y sonriente; ese día su amigo lucía más atractivo de lo regular. Tal vez era el efecto del maravilloso momento, donde la puesta del sol le regalaba tonos hermosos al cielo.
—La tarde está cayendo, debemos regresar —dijo ella con sus mejillas sonrojadas. Él, por su parte, deseaba disfrutar un poco más de aquella puesta de sol.
—Serena, cuando regrese a la ciudad le pediré a Tiana que sea mi novia —confesó su amigo con nerviosismo. Ella lo miró con sorpresa y alegría; ¡hasta que por fin decidió dar ese paso con la morena que traía a todos locos en el instituto!
—Ya era hora, es muy obvio que ambos se gustan.
—Hay un problema... —masculló el joven mientras sus ojos celestes la escudriñaban con temor.
—¿Qué?
—Ella ya ha tenido novios y yo nunca he besado a nadie. Temo ser un inexperto cuando nos besemos. Sería vergonzoso; Tiana no sabe que a mis quince años nunca he besado.
La chica se encogió de hombros y suspiró.
—Eso no debe preocuparte; solo déjate llevar por lo que ambos sienten y el beso fluirá —aconsejó ella mientras frotaba el hombro de su amigo para transmitirle ánimo.
—No, de verdad me asusta mucho arruinarlo. ¿Harías algo por mí? —preguntó él con ojos de borrego.
—Ummm...
—Siempre parloteas que el primer beso no es especial, así que estuve pensando que no te importaría regalármelo a mí. Es decir, vamos a practicar para ser expertos.
—¡Estás loco! ¡No me voy a besar contigo! —exclamó alarmada—. Sería raro, eres como mi hermano.
El chico suspiró con frustración.
—Pero no lo somos. Es una ayuda mutua, así cuando conozcas a un chico ya sabrás besar.
—Ummm...
—Por favor... —El chico juntó las manos e hizo un puchero. Ella, por su parte, rodó los ojos en respuesta.
—Está bien, pero no metas tu lengua. Eso sería asqueroso.
—¡Cómo digas! —El chico se acercó para acortar la distancia con su amiga.
—Espera, espera. —Ella lo detuvo—. Dame tiempo, no estoy lista.
—No, después te arrepientes.
Ella suspiró y ambos se miraron a los ojos. El chico se acercó a su amiga con lentitud; el ambiente se tornó tenso e incómodo cuando sus labios se rozaron.
—¡Ay, no! ¡No puedo! —vociferó ella mientras rompía el contacto con él—. ¡Esto es muy raro!
El chico suspiró y frunció el ceño. En cuestión de segundos, los labios de ella fueron invadidos por los de él. Ambos se quedaron petrificados sin hacer ningún movimiento. Segundos que parecieron eternos pasaron antes de que él tomara la iniciativa de mover la boca. Ella lo imitó. Sin embargo, sus labios solo se rozaban porque ninguno de ellos estaba besando en realidad, solo hacían movimientos extraños e inexpertos.
—No creo que lo estemos haciendo bien. —Ella rio con nerviosismo. Él se rascó la cabellera negra mientras miraba al suelo con gran bochorno.
—Por suerte estamos practicando. Iba a pasar vergüenza con Tiana.
—Tal vez es porque somos amigos y no nos gustamos de esa manera; es probable que con Tiana sea diferente.
—Ummm... Vamos a hacerlo de nuevo. Nos besaremos hasta que lo hagamos bien y con soltura.
Él no esperó una negativa de parte de ella. Se le lanzó encima y esta vez le apretó los labios con intensidad y seguridad, recordando que así sucedía en las películas. Ella, en cambio, se removió incómoda ante la invasión a su boca, pero segundos después, se rindió al delicioso cosquilleo que el contacto le provocó en los labios. Una sacudida placentera recorrió todo su cuerpo, lo que le dio a entender que le gustaba lo que su amigo le hacía a su boca. Poco a poco ella se dejó llevar. Minutos después, él se separó de la chica un poco atolondrado y abrumado, puesto que no esperaba haberlo disfrutado tanto.
Ambos se miraron a los ojos extasiados y, al cabo de unos segundos, sus labios volvieron a unirse. Esta vez, sus lenguas empezaron a juguetear hasta que su paladar fue invadido por estas.
Aquella práctica se repitió varias veces en ese verano frente a aquel lago, donde los jóvenes iban en sus bicicletas a observar la puesta de sol y a unir sus labios para “aprender a besar”.
Después de aquellas vacaciones de verano, los dos amigos no volvieron a repetir las sesiones de besos, por el contrario, se prometieron que jamás recordarían aquello y esa travesura se quedaría oculta en el cajón de los secretos. Para ellos su amistad era más importante que una emoción pasajera. El chico se hizo novio de la morena popular, pero esa relación fue fugaz al igual que todas las demás que le precedieron, convirtiéndose él en un hombre apuesto y solicitado, que nunca tuvo una relación seria con ninguna mujer.
Por otro lado, la chica creció ocultando un secreto a su amigo y engañándose a sí misma, debido a que, desde el día que ellos se besaron, ella empezó a verlo con otros ojos; no obstante, tenía que tragarse sus sentimientos y ser testigo de sus ligues, puesto que se suponía que ella no debía sentir atracción por él. Serena fingía delante de él y los demás el malestar que, verlo involucrarse con cuantas mujeres se le ofrecían le causaba, dado que este no tenía que esforzarse para llamar la atención de las féminas, y ese hecho lo había convertido en un mujeriego empedernido.
SerenaIan y yo corremos de vuelta al salón, pero este me detiene para que no avance y me pone detrás de él.¿Qué rayos sucede?—No hagas una tontería, pelirroja —me advierte. Es cuando me percato de que, un hombre vestido de mozo le apunta a Bratt con un arma de fuego, quien yace en el suelo herido.Ay, no...—No grites o podrías captar su atención —me aconseja con voz temblorosa. Estamos a una distancia prudente, donde podemos ver el panorama; pero al mismo tiempo, corremos peligro si el asesino repara en nosotros.—¿Quién es ese hombre? —susurro, aterrorizada.Me siento en una película de acción, puesto que el atacante apunta hacia Bratt, pero este es apuntado por los guardias de la mansión y algunos policías que vinieron a vigilar.—¿Dónde está el hijo bastardo de Robert? —vocifera el atacante.Esa voz...—Es una mujer —susurra Ian.—Ella te busca a ti, esa es linda disfrazada. Debemos salir de aquí, Ian.—Mi mamá está allí, esa loca le puede hacer daño.—Ian, escóndete, por favor
Tres meses después...Puesto que ganamos la demanda en contra de Margot, todos los videos fueron retirados de la web y, cualquiera que se atreviera a difundirlos, tendría que encarar cargos legales.Ella fue encarcelada por un año, le cerraron los perfiles de sus redes y las agencias de modelaje le terminaron los contratos.En cuanto a la empresa, papá y yo trabajamos duro y esta se encuentra bien posicionada. Concerniente a Bratt y a mí, volvimos a ser buenos amigos, pero ya no somos tan íntimos como solíamos ser en el pasado.Por otro lado, recibí el documento donde me informan que ya soy una mujer libre, puesto que mi matrimonio ha sido anulado.Sí, poco a poco mi vida ha ido tomando su orden. En cuanto a Ian, no he vuelto a verlo. Muy pocas veces reviso sus redes y allí me he enterado de que ya anda muy recuperado de salud.Esbozo un suspiro melancólico por la frustración. Al final, nunca concretamos una relación, pero me hace feliz que ambos estemos bien.Él está viviendo su sueñ
BrattVictoria me besa con esa hambre y esa fiereza que la caracteriza. Sus manos viajan por todo mi cuerpo, mientras que yo trato de llevarle el ritmo.No lo entiendo...¿Por qué no se siente como antes?Ella trata de quitarme la camisa con tanta agresividad, que los botones de esta salen disparados por doquier.—Había olvidado lo rico que besas —dice emocionada. Y succiona mi labio inferior.—Cálmate un poco, Victoria —pido con una risita divertida.—¿Qué? —Ella me mira ceñuda. Parece que no le gustó lo que le dije.—Es que estás muy agresiva... —Me muerdo el labio inferior cuando noto que se molesta.¡Qué exagerada!—¿Me dirás cómo hacer el amor? —Se cruza de brazos.—Por supuesto que no... Ven aquí, peleona. —La atraigo hacia mí por la cintura. Nos besamos otra vez y por un momento me entretengo mirando el bar de mi apartamento.Un recuerdo me visita de repente y la risa dulce de Lilia estalla en mi cabeza. La visualizo sirviéndome un poco de Whisky con expresión alegre, con sus m
BrattSorbo todo el vino de mi copa y vuelvo a extenderla hacia Victoria, quien me sirve sin rechistar. En este momento, ella me entiende mejor que nadie, por eso solo me escucha mientras me acompaña a beber.Ambos nos encontramos en su apartamento, sentados en el balcón.—¿A qué le temes? —me pregunta de forma repentina.—Le temo a caer en una trampa. —Suspiro—. Es decir, se trata del abuelo, no me fío de él.—Yo digo que le des el beneficio de la duda. De todas formas, no te está pidiendo nada malo ni fuera de lugar; es más, me parece justo.—Lo sé. Es increíble que mi rival sea mi primo. Ese maldito tiene el mismo gusto que yo, ambos nos fijamos en la misma mujer —digo con ironía.Noto que Victoria se remueve incómoda y toma todo el contenido de su copa de un solo trago.—¿Todo bien? —le pregunto en un tono divertido, debido a que se ha tomado todo eso de a una.—Sí —asiente con firmeza.—Gracias por escucharme, Victoria, no te imaginas lo mucho que lo necesitaba —digo con sincerid
BrattEstos días han sido difíciles. He tratado de venir a la mansión varias veces, pese a que ahora me paso la mayoría del tiempo en mi apartamento, con el único objetivo de vigilar al abuelo.Estoy seguro de que ya se enteró de que estoy en el proceso de anulación de mi matrimonio, por lo que me encuentro a la expectativa de su próximo movimiento.En estos días él ha estado muy raro y reservado, así que atribuyo su actitud a mi decisión. Por tal razón, me mantengo alerta y converso con Jael a menudo, por si acaso puedo sacarle alguna información útil, dado que él siempre ha sido el títere del abuelo.Subo al piso donde el abuelo tiene su estudio, con la esperanza de ver a Jael por estos lares. Si es así, mis sospechas de que este le puede estar colaborando a ese viejo mañoso con algún plan en mi contra, puede que sea certera; por lo tanto, buscaré la manera de indagar lo más que pueda.No veo a Jael por aquí, pero gran sorpresa que me llevo, al encontrarme a Linda con la oreja pegad
BrattObservo a Jael con ganas de estrangularlo, pero en su lugar, decanto en sorber mi whisky.—Bueno, esa es la razón para odiarte —dice como si nada.—¡Eres un maldito cabrón! —exclamo. Este puto es un imbécil y aparte está loco—. ¿Qué culpa tengo yo de esa pendejada?—Eres su hijo —responde el muy patán.—¿Y...?—Lo sé, fui un tonto; pero Taís me está ayudando a ver ciertas situaciones con más claridad y desde otra perspectiva.Ajá...—¿Ella es tu entrenadora física o tu maldita coaching de vida? —interpelo fastidiado. Desde que Jael empezó a ir al gimnasio de Taís, todo lo que este cabrón menciona tiene que ver con esa mujer.—Ella me está guiando para sacar una mejor versión de mí; ya sabes, necesito reflejar de manera externa lo que llevo en mi interior.—Ya... —Asiento con la cabeza, como si de verdad esta pendejada tuviera sentido para mí—. Sé lo que te sucede, primito. —Sonrío malicioso—. Te gusta la mulata y por eso le sigues la corriente en todas sus tonterías. Ni que ella
Último capítulo