Por otro lado, Liliana llegó a la habitación de Jenny y, apenas entrar, se lanzó a sus brazos llorando con pesar.
—Liliana, ¿qué te pasa? —preguntó Jenny sorprendida—. ¿No estabas con ellos bebiendo?
Liliana, entre sollozos, respondió:
—Jenny, ¿de verdad no debí regresar?
—¿Por qué dices eso? —Jenny la miró aún más sorprendida.
—¡Nadie me da la bienvenida! ¿Acaso me equivoqué al volver? Perdóname, Jenny, no debería contarte estas cosas. Lo sé, todo es culpa mía. Yo era demasiado joven, demasiado caprichosa, y no supe valorar lo que tenía. Solo quería libertad. Pero después de tantos años, realmente entendí que me equivoqué —dijo Liliana llorando—. Jenny, yo no vine a quitarle a Leonel. Solo quiero estar a su lado como amiga, pero… pero…
—¿Pero qué? ¿Leonel te dijo algo? —preguntó Jenny con preocupación.
Jenny y Liliana eran íntimas amigas, así que, naturalmente, estaba de su lado.
—No, Leonel es muy bueno. Solo que me siento culpable porque, por mi causa, la relación entre Evelio y Sa