Enloquecí, esa es la única palabra que puede describir lo que siento en estos momentos, porque se supone que mis escoltas están para evitar cualquier desgracia. Pero, la realidad es que estos bastardos se atrevieron a ignorar la seguridad de mi hija.
— Tienen exactamente dos minutos para encontrar a todos los implicados y traerme las grabaciones desde el ingreso de la leche materna a este maldito lugar hasta que llegó a la boca de mi hija y les digo desde ya que quien esté dándome respuestas idiotas van a morir.— Sí, jefe. — dicen todos tanto en el mensaje en el grupo donde mandé la información como los que me escuchan porque están cerca de mí.— No me importa si la bebé estaba conmigo, ustedes debieron asegurarse de que todo estuviera bien con mi hija. Así que, prepárense, porque si alguien le hizo daño de forma intensional… morir&a