Los minutos pasan, el malestar continua y los chicos parece que ya no pueden entretener a mi hermana, por eso, intento levantarme, pero, la cuidadora de mi hermana, me coloca su mano en mi pecho.
— Intente respirar profundo, le colocaré una intravenosa para mantenerla hidratada y suministrarle el medicamento. Ya es momento. — dice la enfermera.— Pero…— No se preocupe, señora Barack, intentaremos controlar todo.Ni siquiera sé en qué momento la enfermera y el doctor han aparecido, cuando la última vez que los vi fue antes de que ellos se fueran a descansar después de un largo viaje. — ¿Qué sucede?— Le hemos colocado cremas en su cabeza, pecho y extremidades, mientras estaba inconsciente, mientras esperábamos que fuera el tiempo prudente para la siguiente medicación.— Solo quiero medicina que no le haga daño a mi beb