Si hay algo que me ha gustado en mi esposo es sentir su lengua en mi intimidad porque es la forma que usa para despertarme, pero también disfruto que se preocupe por mí, porque eso demuestra que le importo. Sobre todo, si me trata como una niña pequeña.
— No estoy tan vieja para romperme si corro. — digo y él sonríe un poco.— Querida, no lo dije por eso, es solo que no quiero que mientras corres sientas mareo y te desmayes. Eso podría causarme un infarto porque tu salud…— Lo entiendo, comprendo lo que quieres decir. Ahora, ¿ya nos vamos? — pregunto sonriente.— Espero que entiendas que no debes correr.Agarrando su brazo, intento mostrarme lo más tierna posible, pero, él me observa con seriedad esperando que yo le diga lo que tanto desea y por eso, le sonrío un poco.— Sí, padre.— Prefiero que me llames queri