Al salir de la cabaña del líder, la luz del sol los golpeó con fuerza. La multitud no se había dispersado; de hecho, parecía haber crecido. El murmullo se detuvo en el instante en que aparecieron en el umbral. Cientos de ojos los observaron, buscando una señal, un veredicto.

Fue Gideon quien se lo dio. Apareció detrás de ellos, su imponente figura llenando la entrada.

"¡Escuchad!", rugió, y su voz de líder resonó por todo el valle, acallando hasta el último susurro. "Darius ha reclamado a la hembra Elizabet como su compañera. La elección de ella es clara. El Ritual de Vinculación se celebrará en la Roca del Desafío al amanecer de la tercera luna. ¡Hasta entonces, ella está bajo mi protección y la de él! Cualquiera que los moleste, me responderá a mí".

La declaración fue una onda de choque. Hu