El OrĂĄculo avanzĂł con paso lento pero seguro. No necesitaba ojos para ver. Cada palabra que pronunciaba parecĂa resonar con una verdad que iba mĂĄs allĂĄ del lenguaje.
âNo estĂĄn siendo perseguidos solo por lo que el niño puede ser âdijo con voz profundaâ, sino por lo que ya fue.
Lucien lo mirĂł con dureza.
âÂżQuĂ© quieres decir?
El OrĂĄculo se detuvo frente a ellos, y extendiĂł una mano temblorosa hacia el medallĂłn agrietado que colgaba del cuello de Aeryn. No lo tocĂł. Solo lo sintiĂł.
âEse fragmento contiene mĂĄs que una marca espiritual. Guarda una memoria prohibida. Una que el Olvido ha estado tratando de erradicar desde antes de que nacieran. El problema no es el niño. Ni siquiera su reencarnaciĂłn como Ilâvaren. El verdadero problema⊠es lo que Ă©l vio en su vida pasada. Lo que aĂșn recuerda en su alma.
âÂżY quĂ© fue eso? âpreguntĂł Aeryn, con un nudo helado en la garganta.
âEl origen de la ruptura entre los mundos. El momento exacto⊠en que el equilibrio se quebrĂł.
Lucien palideciĂł.
âÂżQuieres