Mundo ficciónIniciar sesiónAleksandr no durmió en tres días. Cada hora despierto, investigando, planeando, buscando la manera de sacar a Valeria de Moscú.
Había llamado a cada contacto, sobornado a cada oficial, amenazado a cada intermediario.
Nada funcionaba.
Viktor Kozlov era intocable. Y Valeria estaba más allá de su alcance.
Hasta que Elena apareció con una propuesta.
—Tengo un contacto en la SVR —dijo, entrando a su estudio sin tocar—. Alguien que me debe favores. Grandes favores.
—¿Y?
—Y pueden ayudar. Pero necesitan una razón. Algo que justifique la intervención.







