Mundo ficciónIniciar sesiónValeria no salió de la habitación de Dmitri en todo el día. Marina le trajo comida que apenas tocó. Nikolai ofreció hablar, pero ella lo rechazó. Y Aleksandr... Aleksandr tocó la puerta cada hora, suplicando, rogando.
Ella ignoró todo.
Era medianoche cuando finalmente abrió la puerta. No porque hubiera perdonado. Sino porque necesitaba respuestas. Necesitaba entender cómo el hombre que había jurado amarla podía traicionarla tan completamente.
Aleksandr estaba sentado en el pasillo, espalda contra la pared, como si hubiera estado esperándola todo ese tiempo.
—Valeria —se levantó inmediatamente—. Gracias por salir. Yo...
—Habla —interrumpió ella—. Tienes una oportunidad. Una sola. De explicar qué pasó en Budapest. Y si mientes, si omites un solo detalle, termino esto. ¿Entendido?
—Entendido.
Fueron a su habitación. Valeria se sentó en silla junto a la ventana, lo más lejos posible de la cama. Aleksandr se quedó parado, como acusado espe







