80. Encerrada
Eryx se giró cada parte de su cuerpo estaba tensa.

Todo él era furia.

Furia y deseo.

Furia y pérdida.

Angustia.

Se pasó una mano por el cabello antes de volver a mirarla.

—¿Sabes lo que significa que hayas matado a uno de los míos? —rugió abruptamente.

—Sí —soltó ella con un hilo de voz.

—¿Y aún así me lo dijiste?

Ella esta vez no respondió.

Él ya sabía la respuesta.

—Levántate —ordenó con la mandíbula apretada.

—¿Qué...?

—¡Te dije que te levantes!

Ella lo hizo, le obedeció torpemente y se estremeció al ver la manera en que la vio incluso aunque estaba cubriendo su desnudez con la sábana.

—Vístete.

—Eryx, yo...

—No me llames así. No tienes ese derecho —sentenció y ella sintió que le golpeaban el corazón.

Lana tragó saliva mordiéndose el labio para no llorar.

Se dio la vuelta y buscó algo para ponerse, sin tardar en ponerse una camisa de él, pues ella no tenía ropa en su habitación a pesar de que hubiera dormido tanto tiempo en su habitación, siempre se cambiaba o le
ANGGIE VILLALOBOS

¿Qué les pareció?

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