79. ¿Lo hiciste?
Lana abrió los ojos sintiendo que el peligro se acercaba.
Por un segundo, no supo dónde estaba.
Solo sintió calor, el calor de un cuerpo pegado al suyo.
El olor masculino que la envolvía tan eróticamente.
Cuando alzó la mirada lo notó.
Estaba despierto y la estaba mirando con una intensidad que la atravesó ocasionando que contuviera el aliento en un instante.
Sus ojos verdes estaban fijos en los suyos y su mandíbula estaba tensa, como sus músculos.
Ella deslizó su mirada por sus hombros, su pecho, su abdomen y pronto te dio cuenta de que se había puesto un pantalón por lo que no estaba completamente desnudo.
Un cosquilleo en su vientre se movió hasta entre sus piernas haciendo que se sonrojara de golpe bajo su mirada intensa y audaz.
—Buenos días —murmuró ella casi tímida—. ¿Pasa algo, Alfa?
Él no respondió.
Solo la siguió mirando, intimidándola.
Apenas se dio cuenta del porqué él no se movía, la pierna de ella estaba sobre la suya impidiéndole apartarse en una pose demasiado íntima.