15. Distinta
—¿Este es el lugar para la compañera del Beta? ¿Entre ollas y harina?
Zoe tragó saliva, mirándolo con los ojos muy abiertos al escuchar la voz potente del Alfa.
Pero Lana mantuvo la postura.
—Sinceramente no veo nada de malo, Alfa.
Incluso Caius parpadeó y al ver que Eryx comenzaba a enfurecerse decidió intervenir.
—Lana —la voz de Caius la hizo levantar la cabeza.
El Beta se había acercado a ella hablándole suavemente.
—¿Qué haces aquí? Este no es tu lugar.
Él le sujetó la mano y Eryx vio el intercambio irritado.
—No me molesta ayudar —susurró para Caius.
Antes de que el Beta pudiera responderle, el Alfa se acercó a donde tenía uno de los postres terminados, tan cerca que Lana sintió el calor de su cuerpo, el poder que irradiaba, el peligro. Sus ojos estaban ardiendo… y no solo de furia. Había otra cosa ahí al mirarla.
Esa tensión los rodeó como una tormenta a punto de estallar.
El Alfa se llevó el postre a los labios pero nada en su rostro cambió, Lana no podía saber si le había g