149. Defiéndete
Sus pies la guiaron hasta su celda.
Podía captar su aroma mezclado con un olor terroso y metálico a través de los barrotes metálicos y Lana se detuvo en seco al ver a dos machos custodiando su celda.
—Luna.
Ambos la miraron con sorpresa.
—Ábranme —se limitó a ordenar como si tuviera todo el derecho del mundo.
Pronto recordó las palabras de Zoe, sabía que su amiga no le mentiría así que intentó mostrarse firme ante ellos para ver si era obedecida.
Los machos se miraron entre ellos antes de preguntarle.
—¿Está segura, Luna? No hemos recibido órdenes de...
Eryx.
Por supuesto, pero ellos no se atrevieron a culminar cuando Lana los miró con el ceño fruncido chasqueando la lengua.
—¿Están cuestionando mi orden? —Lana habló con un tono tan gélido que incluso se sorprendió a sí misma.
Por alguna razón, se sentía mareada y se preguntaba si esto se debía a sus poderes haciéndose notables, después de todo, no había descansado nada y eso era lo primero que un lobo debía hacer después de su primer