Cap. 114: ¿Qué tan dispuesto estás a separarlos?
—No —dijo con firmeza Lisandro—. Si van al lugar donde está Natalia ahora mismo… la van a alertar. ¿Cierto, capitana?
Blair dejó escapar una exhalación breve, cargada de reconocimiento.
—Es verdad —admitió—. Si intervenimos de inmediato, quemamos cualquier posibilidad de ubicar a Amelia con vida. Primero debemos rastrear la zona con calma, ver patrones, movimientos, no entrar como toros a una trampa.
Uno de los agentes se adelantó.
—Capitana, la triangulación nos da un radio amplio. Hay varias bodegas abandonadas en esa zona… al menos cinco que podrían servir para retención de personas.
Iker, con la angustia en el rostro convertida en furia controlada, miró a Lisandro.
—¿Qué propones?
Lisandro se pasó una mano por el cabello, caminando un par de pasos hacia atrás, como si analizara una pieza de ajedrez.
—Tú la conoces mejor —respondió, mirándolo directamente—. Háblame más de ella. Siento que va a volver a llamarme.
Iker apretó los dientes. Respiró hondo. No quería pensar en Natalia,