Nos acomodamos en la sala a tomar y comer algo, mientras hablábamos de trivialidades; yo la observa a ella, es hermosa, es inteligente, es valiente. En resumen, es perfecto. Espero poder estar a la altura de la situación, y con eso me refiero al padre de Aye, odiaría que algo le pasara a cualquiera de las dos. Quito esos pensamientos de mi cabeza, no quiero pensar que algo malo va a pasar, así que mejor la sigo observando y admirando su belleza, su integridad. Vaya, nunca pensé que algo así podría pasarme a mí, que me vuelva tan protector con alguien, con una mujer; pero, aparentemente, con Lina nada es como uno piensa, y seguramente nada va a ser normal. Para ser honestos, no me importaría tener una relación anormal con esta mujer, siempre y cuando sea ella quien despierte a mi lado todas las mañanas. Voy a defenderlas y protegerlas de todo lo que quiera hacerles daño, tanto a Lina como a su hija, de eso no cabe duda. No voy a dejar que nada les pase. Nadie va a lastimarlas, mientras yo esté aquí para cuidarlas.
—¿En qué piensas? —escucho a mi ángel, que interrumpe mis cavilacio-nes y promesas silenciosas.
—El sabio no dice todo lo que piensa —me limito a decir sonriendo.
—Pero siempre piensa todo lo que dice —termina, y yo quedo boquia-bierto—. Aunque cite a Aristóteles, no te va a salvar de decirme lo que estabas pensando —añade.
—Wow, primo, ella también te contesta a ti; Pensé que era contra mí nada más —interviene Ian.
—No importa el género, la edad, o quien sea, ella contesta a cualquiera sin ningún problema —acota Sole.
—No la escuché contestar a Erik —reclama mi primo como si fuera un niño caprichoso.
—Eso es porque él es un encanto —replica Lina, y le lanza una sonrisa sarcástica.
— ¿Qué puedo decir?, ella tiene razón, soy un encanto —añade Erik hinchando el pecho. Dios, estos dos no van a cambiar nunca, van a pelearse como dos críticos hasta en la ultratumba.
—A él también le contesta; ya vas a escucharla, no te preocupes —intervengo en la absurda discusión. En cuanto terminé de hablar se escuchó la voz de Aye.
—Y eso que no la viste pelear con mi tío Gaby; siempre lo pelea —comenta, agrandando más todo esto; escuchó decir a Sole ya Lina "ahí vamos".
—Oh, sí; el tío, el adorable tío, es intocable —habla con ironía Sole.
—Ya veo, eres una mini-Lina —entona Ian sonriéndole a Aye. Error-. Primo, tiene la misma lengua que la madre —enuncia dirigiéndose a mí, como si no me hubiera dado cuenta.
—Ya ves lo que me espera —bufo resignado, y automáticamente me gané un puñetazo en el hombro por parte de Lina y una mirada de muerte por parte de Aye. Voy a tener que empezar a tener cuidado con lo digo, o ellas dos me la van a hacer pagar.
— ¿Te das cuenta que te ganan por mayoría? —observa Ian riendo.
—Sí, gracias por hacérmelo notar.
Él se está divitiendo con esto, me gustaría verlo en mi lugar. No, tacho eso, me gustaría verlo en un lugar similar al mío; es decir, con una mujer que lo dome y con una nena que le dedica miradas mortales. Me conformo con una mujer que dome al "chico-malo-seductor" y lo deje como un cachorrito mansito. La verdad, es que pagaría por ver eso, y lo disfrutaría totalmente; sin lugar a duda lo disfrutaría, y la pasaría muy bien observando cómo lo llevan de las orejas.
En ese momento suena el celular de Lina, ella entabla una conversación y, por lo que entiendo, está hablando con Lucas. Cuando cuelga nos mira y nos informa:
—Era Lucas, ya le entregaron a su padre y sus cosas; mañana nos vamos, ahora está yendo al hotel —anuncia, a nadie en particular.
Claro está que ella no dice "el cuerpo de su padre" porque está presente Aye, pero por desgracia Ian no se da cuenta de eso.
— ¿Cómo que le entregaron a su padre? No entiendo cómo es eso —pregunta, arrugando la frente.
—Después Erik te explica —le indica.
—Bueno, creo que deberíamos irnos; Quiero llegar para estar con Lucas, no quiero dejarlo solo —exclama Lina, levantándose del sofá.
Todos asentimos y la imitamos. Luego mi primo habla.
—Ok, yo también debo irme, tengo trabajo todavía —se levanta a saludar primero a Aye —. Princesa, nos vamos a volver a ver —le afirma, besándola en la mejilla; luego se acerca a Lina para saludarla—. Un placer conocer a la mujer que tiene a mi primo agarrado de las pelotas —esboza con una enorme sonrisa.
—Un placer conocer al primo del hombre que tengo agarrado de las pelotas, al cual pronto también lo van a tener agarrado de las pelotas.
—Eso no va a pasar—afirma, sonriendo y negando con la cabeza.
—Eso ya lo veremos —asegura Lina, también sonriendo.
El ríe y saluda al resto, para después marcharse. Luego, seguimos nosotros el viaje hasta el hotel donde se hospedan las chicas y sus amigos.
Al llegar notamos que Lucas no estaba bien, se encontraba sentado en un sofá con un trago en una mano y la otra descansando sobre el apoya-brazo, simulando ver la televisión; De hecho, se encontró en un estado taciturno. En el otro sofá se encontró Gaby, también con un trago, entretenido con la tele, respetando el silencio del amigo. Acompañándolo en silencio.
Lina se acerca a Lucas; sin decir una palabra, se sienta a su lado, pasa sus brazos alrededor del cuello de él, sube las piernas posándolas arriba de las suyas y reposa la cabeza en el hueco de su hombro. Todos seguíamos en silencio; hasta Aye, con la edad que tiene, entendió que algo no iba bien. Ella se acerca a Gaby y este la sienta en su regazo, acomodándola para que mire hacia la televisión, Aye recuesta la espalda contra el pecho de él y ahí se queda sin decir palabra y concentrada en la televisión. Observa a Lucas y Lina, mientras voy a sentarme en una silla y veo como él le acaricia el brazo con una mano; Pude divisar una lágrima cayéndole, la cual bloqueó girando la cabeza para besar la coronilla de Lina, y cuando su objetivo fue cumplido volvió a mirar hacia adelante.
Yo sé que más de uno debería pensar que estoy celoso, o que debería estarlo, al ver esta escena, pero no es así; No puedo estar celoso de Lucas. Al contrario, le estoy agradecido, porque él se adquirió de ella por todo el tiempo que yo no estuve en su vida, y lo respeto por eso; hizo un gran trabajo y, como sé que así como él estuvo con ella siempre que lo necesitó, ahora ella va a estar con él para cuando la necesite. Yo estoy orgulloso de Lina y de su fortaleza, soy un hombre muy afortunado por tenerla; y ellos, todos ellos, también lo son por ser sus amigos, su familia.
Todos siguen acompañando a Lucas en un respetado silencio, Lina sigue en la misma posición, él acariciando su brazo perdido en sus pensamientos, al igual que Gaby y Aye; Bueno, en realidad, Aye ya está dormida.
Erik y Sole están sentados cerca de mí. Ella apoya su cabeza en las piernas de su hombre, mientras que este le acaricia el cabello y le regala besos en la coronilla de vez en cuando.
Lucas es un hombre fuerte, pero también es vulnerable, hay situaciones que lo vuelven a uno así, creo que a todos nos pasa lo mismo, siempre hay algo que nos vuelve un poco más vulnerables y esta vez le toco a él; pero cuenta con el apoyo de Lina y sus amigos, de todas las personas que lo quieren y lo apoyan. Siempre que él lo necesite, ellos «y ahora me incluyo», vamos a estar ahí, acompañándolo a como dé lugar; y si es necesario, en silencio, como está pasando justamente ahora.