Después de dejarla en la escuela, manejo con rumbo al resto. Al llegar, la música de Bon Jovi me recibe con su clásico, “I'll be there for you”, e imagino quién puso esa canción; Tony debe estar de muy buen ánimo hoy. Camino hasta el mostrador, donde se encuentra Sofi preparando café.
—Hola, Sofi.
—Hola, Lina, ¿cómo está Gaby? —curiosa, entregándome una taza de café.
—Bien, ya está trabajando —respondo sin poder ocultar mi sonrisa tonta.
—Eso es bueno.
Asiento y me acomodo en una butaca a un lado de ella; No tengo ganas de encerrarme en la oficina y, además, no tengo nada que hacer hoy ahí.
—Llegó la jefa —anuncia Tony saliendo de cocina.
—Quieto, boricua, veo que te trataron bien anoche —demando con picardía.
—Digamos que... estuvo bien, pero no complació las expectativas.
—¿Y eso por qué? —pregunta Sofi, con inocencia, no creo que sea bueno meterse en ese tema,
—Bueno, todo venía bien, yo estaba vestido como Elena de Troya y él como Aquiles —Con Sofi nos miramos y empezamos a reír.
—Ahora no voy a poder sacarme esa imagen de la cabeza —suelto entre risas.
—No sé de qué m****a se ríen. ¿Ustedes no tienen fantasías?
—Bueno, sí, pero... nunca las puse en práctica —balbucea Sofi.
Con Tony la quedamos mirando.
—Eso es inaudito —exclama el boricua con exageración.
—Hay que buscarle uno que le cumpla las fantasías —miro a Tony con complicidad.
—A ver, mi niña, cuenta. ¿Qué fantasía tienes? —indaga, ansiosa.
—Bueno, no sé.
—Sí que sabes... Dispara —le insisto.
—Bueno —suspira—, me gustaría hacerlo dentro de una jaula colgando —pronuncia, y por más que me tapé la boca para no reír, no aguanté y salió la risa sin poder hacer nada.
—Es una pervertida dentro del cuerpo de una niña virgen —entona el boricua riendo.
–¿De qué hablan? —pregunta Sole, uniéndosenos.
—Miren quién se dignó a llegar —esbozo con sarcasmo.
—Perdón, me dormí en la bañera.
—Con razón tienes esas arruguitas en el cuello, pensé que la edad ya pesaba —bromea Tony.
—No jodas, Tony —espeta la pelirroja mirándose en el espejo.
—Bien, volvamos a donde estábamos. Nunca dijiste qué te pasó —apura Sofi a Tony.
—Mira que zorra, como esquiva el tema de su fantasía —señala, mientras toma asiento en la banqueta.
—Sinceramente, prefiero escuchar las fantasías de Sofi, a escuchar la noche troyana de Tony.
—Vas a escuchar igual, Lina —me aclarando, desafiándome con la mirada—. Como estaba diciendo, todo iba bien, hasta que llegó el momento que mi culo lo reclamó, pero nunca llegó, ¿pueden creer que eyaculó sin siquiera meterla? —Yo lo escuchaba atenta y sin poder creer lo que decía, al tiempo que las otras dos se morían de la risa—. Solo porque le toqué las pelotas un par de veces —suelta indignado.
— ¿Estás diciendo que no llegó a entrar el pichón a la madriguera? —ríe Sole.
-Si.
—Tony, solo a ti te pasan esas cosas —aseguro, palmeándole la espalda.
—Es algo que no le deseo a nadie. Pero ya voy a retomar el sábado cuando vayamos al boliche.
—Sí, vamos a buscarte a alguien que aguante al menos hasta entrar —me guaso riendo.
— ¿Vas a ir? —le pregunta Sole a Sofi.
-No.
—¿Por qué? —quiero saber.
—Porque tengo cosas que hacer.
—Más importante que ir a buscarme a alguien que pueda meterla antes de eyacular? —interroga a Tony, incrédulo.
—Sí, más importante que eso —contesta sonriendo.
—Pero seguro puedes llegar más tarde —le digo, buscando una solución para que nos acompañe.
—Voy a estar ocupada toda la noche —aclara.
¿Qué m****a es tan importante como para que se ocupe de eso toda la noche?
—Seguro que tiene algún chongo, y se hace la puritana —bromea Sole.
—No, ojalá; solo es trabajo —aclara Sofi.
—¿Más trabajo, Sofi? Si necesitas dinero puedes decírmelo, no hay ningún problema con eso —le hago saber.
—No es eso; pero gracias.
—Bien, no te insisto más; será en otra ocasión. Ahora, a trabajar —digo, al tiempo que me levanto.