ARIA

El corazón me latía con fuerza. La mirada de Nikolai me atrapaba, me desafiaba, me devoraba. Pero yo no iba a ceder tan fácil. No esta vez.

—No pienso ir contigo —reafirmé, levantando el mentón con orgullo.

Una sombra oscura cruzó sus ojos bicolores.

—No hagas una escena, muñeca. Sabes que siempre me sales con ese carácter, pero al final terminas siguiéndome.

Su tono arrogante solo me encendió más la rabia.

—Porque me secuestras, idiota.

Darya, a mi lado, se mordió el labio para contener la risa. Azriel, en cambio, no estaba nada divertido.

—Suéltala, Malishev —dijo, con su voz baja y letal.

El ambiente se volvió tenso en un segundo. Dos hombres dominantes. Una reina de los cambios de humor. Tres mundos opuestos. Y yo atrapada entre ellos.

Nikolai giró la cabeza lentamente para mirar a mi hermano.

—¿Perdón?

—Te dije que la sueltes —repitió Azriel con dureza—. No tienes n