Capitulo 3

ARIA

Mentiras y más mentiras, tan necesario es hacer ese tipo de cosas. Porque simplemente no dicen la verdad en vez de quedarse en silencio y esperar “el momento adecuado” para decir la verdad. Todo un mundo de mentiras solo para no lastimar a las personas. ¿Por qué tanto misterio? ¿Es tan difícil decir la verdad de una vez? Es lo que me preguntó.

— Madre ¿Me dirás la verdad o te quedarás en silencio?

— Cielo…

— No querido excusas madre, dímelo de una vez no esperes más para seguir ocultando cosas — exclamó irritada de todas las mentiras en mi cabeza.

Mi hermano entra con rapidez a la habitación con sus ojos verdes más fuertes de lo normal mostrando su notable enojo.

— No le hables de esa forma Aria — suelta serio Azriel.

— Tranquilo hijo, ella tiene razón.

— Claro que lo tengo.

— Aria — dice él, en forma de advertencia.

— ¿Tu sabías de esto? — noto como aprieta su mandíbula con fuerza y rió sin poder creerlo — Claro como no, otra vez yo soy la tonta y la estúpida ¿No?

— Todo tiene un propósito.

— Si — asiento frenética —. No lastimarme ¿No es así Azriel? Por mi bien y porque soy pequeña y no entenderé lo falsa que es toda esta supuesta familia que media población griego admira.

Miro a mi madre que llora desconsolada, niego con la cabeza. No puedo con esto ¿Que será después?.

— Aria, te lo puedo explicar pero tienes que calmarte — demandó Azriel serio.

— ¿No me puedo enojar? ¿No puedo reclamar? Azriel — cuestione con un nudo en mi garganta — ¿Puedo hacerlo?

— Pequeña…

— ¿Que paso con la…familia feliz hermano? — tartamudeo limpiando mis lágrimas rápido a cada que caen — ¿Por qué nos pasó toda esta desgracia?

Azriel me atrapa en sus brazos abrazándome fuerte. Hundo mi cabeza en su pecho llorando todo lo que llevo un día conteniendo sin aguantar un segundo más.

— ¿Y papá? — susurre apenas aún llorando — ¿Porque papá se volvió…tan despiadado?

— Mi niña hermosa — solloza mamá llamándome — Perdóname corazón.

Me suelto de Azriel, corriendo en los brazos de mamá. Ambas lloramos desconsoladamente abrazándonos fuerte y en eso mi hermano mayor se une a nuestro abrazo.

— No me oculten los problemas que tenemos mamá — pedí aún abrazándola — Prefiero que lo afrontemos unidos.

— Prometo que te diré toda la verdad — ella acaricia mis mejillas humedad y me sonríe — No es culpa de tu hermano tampoco tuya mi vida, los adultos no hacemos responsables.

Soy una tonta no una estúpida, se que en algún momento tendrá que explicarme que fue lo que de verdad llevo a mi padre a actuar como lo hizo y sobre todo eso. ¿Porque mamá quedó en una condición que desconozco por mucho tiempo?

— Eso será después de partir — Azriel se pone de pie acomodando los gemelos de su elegante traje — Iremos a Rusia, preparen sus maletas.

El sale de la habitación dejándonos solas. Empecé a ayudarla con sus maletas y todo lo que necesitaremos. Decidí quedarme en silencio y dejar que mamá se recupere completamente para no alterar su recuperación lo que menos quiero es lastimarla.

— Listo — dije cansada de arreglar tanta ropa por partes de las dos — ¿Algo en especial que quieras vestir mamá?

— Mmm, no lo sé ¿Cómo estará el clima en Rusia?

— Lo investigaré — saqué del bolsillo de mi jeans mi teléfono y entré al navegador a buscar el clima.

Lo busque, no sé qué en qué ciudad en específico Azriel nos llegará pero supongo que en Moscú por qué él tiene su empresa allí.

— En Rusia ha empezado a nevar. Tendremos que salir con ropa de invierno — avise caminando hacia el closet donde no había guardado los abrigos — Llevaremos a mis amigos favoritos.

Río tomando un abrigo enorme color blanco de piel que me llega hasta los talones, tengo de todos los colores.

— ¿Cuál quieres? — se las enseñe el armario que está lleno de ellas — ¿Rojo, azul, negro, beige o violeta?

Ella mira dudosa a las opciones que tiene enfrente, su gesto no esconde el desagrado a mis gustos de colores.

— Está bien, podemos comprar una en un segundo.

— No. Tomaré el azul oscuro — señala rápidamente — ¿Por dónde compras todo eso?

— Online — la ayudó con el abrigo — Ahora puedes hacerlo todo online o en persona si gustas.

— Oh…disculpa no tenía idea.

— No es importante madre. Cualquier cosa que quieras me lo dices y te ayudaré con eso, ¿De acuerdo?

— Si cariño — sonrió inevitablemente.

— Te queda perfecto — la admire, ese color es suyo, su cabellera blanca y brillante la hace relucir con los ojos verdes es más hermosa — Estás bellísima mamá.

MÁS TARDE.

Azriel maneja con cuidado hasta el aeropuerto. Nos tomó diez minutos llegar. Bajamos, ayudo a mi madre a salir cuidadosamente del auto y Azriel toma nuestras maletas.

— ¿Tienes los boletos? — pregunté viéndolo.

— Por supuesto, en primera clase — sonríe de lado, se hacía raro no verlo sonríe como todo un galán.

Todo el trámite del vuelo, nuestras maletas en el área de inspección va excelente. Llegamos al área de embarque y nos llaman. Las azafatas nos enseñan el camino, nos indican nuestros asientos especiales. Todo parece como un hotel de cinco estrellas, los asientos son más espaciosos y tenemos más comodidad, exclusividad. Nada de esto podía pasar desapercibido de Azriel tampoco para mí por más que quiera negarlo llevo toda mi vida viajando en aviones privados de mi padre en cada rincón del mundo. Y Azriel no es la excepción ya que tiene conexiones por todos los países por su empresa y papá no podrá quitarle nada porque todo eso es suyo así mi madre lo quiso.

Antes que partamos decido enviar un mensaje a una amiga que vive en Rusia y que por fin nos veremos desde hace tiempo que no nos vemos, solo lo hacía cuando Azriel me llevaba con él. Solo espero que no haya cambiado su número de teléfono.

“Amiga ¡Estoy tomando un vuelo a Rusia!” Mi corazón late rápido y debido a la emoción de verla de nuevo hace humedecer mis ojos. De inmediato mi móvil vibra en mis manos y es nada más que mi amiga respondiendo.

“¡AMIGA!” Al leer eso sonrió y recibí una respuesta más“Iré al departamento de tu hermano guapo y te esperaré, ten un buen vuelo y te espero con mucha alegría”.

Estoy por contestar pero una azafata aparece frente a mí señalando mi móvil. Conecto mis audífonos y se lo comparto a mi madre. Despejó mi cabeza viendo por las pequeñas ventanillas las nubes blancas y grises.

Abro los ojos sobresaltada, siempre me sucede eso miro alrededor y noto a mi hermano que está bebiendo una copa de vino con una tableta en sus manos. Detalle eso confundida y decido hacerme a él.

— Oye — lo llamó de inmediato me presta atención — ¿Porque usas tableta? La azafata no me dejó.

— No tiene señal. Pero hablaré con esa azafata no te preocupes. Úsalo pero no tiene señal.

— No tienes que usarlo, eso interfiere con la señal de la aerolínea y está en peligro nuestra seguridad.

— Lo sé.

— ¿Entonces por qué lo usas?

— Fue solo un segundo — noto que él apaga la tableta — listo ya no funciona, perdón por eso.

— Bien — crucé mis piernas y una azafata se acerca muy cerca de mi hermano.

— ¿Señor, necesita algo de comer? — se inclina a Azriel, mis ojos se clavan como dagas en su cuerpo cuando noto otras intenciones en su cuerpo — ¿Algo que desee?

Azriel sonríe de lado mirándome, enarcó ambas cejas mirándolo con desagrado. ¿Acaso, la azafata me está ignorando?

— Ey — la llamé pero no volteo a verme, rió incrédula— Dios mío.

— Apártate — espetó Azriel fríamente sin siquiera mirarla — Ponte a trabajar como se debe por eso te pago.

— Lo siento señor — se disculpa de inmediato — Lo siento señorita.

No la miro y no la respondo, solo miro fijamente a mi hermano mayor. Ella se va hacia otro lado dejándonos solos.

— No sabía que contratas a esa clase de personas.

— ¿Celosa, pequeña?

— Si, una cualquiera no estará con mi hermano — siseo entre dientes, me enerva que deje a las mujeres de ese tipo que lo rodeen — Aún así ¿No estabas en una relación? Con la italiana.

— Se terminó todo, por fin logré que se despegue de mí — se quita su saco y lo tira aún costado — No volverá a aparecer.

— Que suerte. No me caía bien.

— Ni una mujer te cae bien Aria — escupe de mala gana.

— Es porque no llegó la mujer adecuada para ser mi cuñada.

— Dudo que eso pase.

— Yo no estaría tan segura — me levanté antes que él termine la conversación y me senté de nuevo con mi madre.

Azriel solo se limitó a cerrar su boca pero él sonríe ampliamente. Rodó los ojos ignorándolo, recuesto mi cabeza sobre el hombro de mamá y cierro los ojos decidiendo dormir hasta que lleguemos.

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