— Mmm claro que sí — me cayó rápido cuando se escuchó mi estómago rugir y le agradezco a dios por eso o mamá no me creería — ¿Escuchas? — dije riendo.
— Perfecto, ayúdame con esas fuentes y lo colocaremos en la mesa del living — me indica a señas la mesa que está llena de pasteles y galletas.
—Bien — me quito mi abrigo y lo dejo a un costado.
Ayudó a Julia sirviendo las galletas de vainilla con chocolate blanco en cada charola diferente. Mamá se encarga de llevar los chocolates a la mesa.
Me alegra mucho ver que la condición en la que está no es un problema para ella, no se desanima porque no nos quiere preocupar. Pero verla así es como una espina en mi corazón y cada vez que entro por esa puerta la veo en la silla de ruedas y me hace recordar quien fue el causante de ello. Recordarlo me causa tristeza y dolor, ver a la mujer que amo en una situación difícil se me desgarra el corazón.
Quizás si me daba cuenta antes, podría haber sido diferente y esto no le hubiera pasado. A pesar